Los microorganismos causantes de la onicomicosis (normalmente hongos dermatofitos) se introducen en el interior de las fisuras microscópicas de la placa ungueal o penetran en el tejido blando situado junto a los bordes internos de la uña.
Unas uñas fuertes y sanas protegen los dedos de las manos y los pies contra las infecciones.
Si las uñas se vuelven quebradizas, frágiles o débiles como resultado de una herida o traumatismo, resultará más fácil que los hongos dermatofitos puedan infectarlas.
Los dermatofitos proliferan en entornos cálidos y húmedos como cuartos de baño, vestuarios, piscinas, calzado deportivo, etc. Este es el motivo por el que estos entornos plantean un riesgo relativamente elevado de contagio.